Una nueva marca de coches, con un planteamiento tan lógico como revolucionario, llegaba al mercado en 1998. Se llamaba smart y su principal característica era el reducido tamaño de su primer modelo, el smart fortwo. Con unos nombres propios escritos en letras minúsculas, ya nos querían transmitir que todo iba a ser pequeño. El smart fortwo pronto empezaba a estar en boca de todos, y lo cierto es que era una buena solución para moverse con agilidad y encontrar aparcamiento en las cada vez más congestionadas ciudades.
La actual generación del smart fortwo llegaba al mercado en 2015 con una carrocería cerrada de tres puertas, aunque en 2016 aterrizaba el smart fortwo cabrio. Brabus es la empresa especialista en dar vida a los modelos del Daimler más especiales, teniendo presencia tanto en Mercedes como en smart. Hoy probamos la versión Brabus del pequeño urbano en carrocería descapotable, es decir, el smart Brabus fortwo cabrio.
Hoy más que nunca, si vivimos en una gran ciudad, conviene utilizar el transporte público para la mayoría de los desplazamientos urbanos o bien comprar o alquilar vehículos de cero emisiones. El smart Brabus fortwo cabrio es el coche ideal para moverse por la ciudad, aunque lo de eléctrico no van con él. Tiene un motor de gasolina de 109 CV, lo que le otorga una gran reactividad a la salida de los semáforos.
Mucho más picante
La carrocería del smart fortwo, y también de esta variante descapotable firmada por Brabus, es la más contenida del mercado actual y recurre al plástico en prácticamente toda su superficie vista. Pese a ser tan compacto, ya no le permiten aparcar en batería en lugares de estacionamiento diseñados para aparcar en línea. Sus proporciones exteriores son de 2,7 metros de largo, 1,66 de ancho y 1,54 metros de alto, además de una batalla