El Opel Grandland X es uno de los lanzamientos más importantes para Opel en 2017. Es su segundo crossover compacto, que se suma a sus repletas filas SUV, compuestas por Opel Mokka X y Opel Crossland X – todavía falta por llegar un gran todocamino de siete plazas. El Opel Grandland X tiene en el Peugeot 3008 a más que un rival directo: son prácticamente hermanos mellizos. El Opel comparte plataforma modular EMP2 con el Peugeot 3008, así como motorizaciones y algunas tecnologías. Es lógico que nos preguntemos cuál de estos dos coches es más recomendable. ¿Son algo más que hermanos mellizos? ¿Cuáles son sus principales diferencias?
¿Cuál es más atractivo? El Peugeot 3008 es más atrevido
El diseño es algo subjetivo, y ambos coches pueden tener tanto admiradores como detractores. De forma objetiva, el Peugeot 3008 es un coche más visualmente atrevido. Ha estrenado una nueva línea estilística, que el resto de coches de la marca han seguido. Fijaos en la forma de su calandra, sus peculiares ópticas, la moldura de plástico brillante del portón trasero o la curiosa pintura bitono opcional de la versión GT. Su perfil lateral cuajado de líneas de expresión y la integración del pilar C son también rasgos característicos de este crossover compacto de 4,45 metros de longitud.
El diseño del Peugeot 3008 es mucho más atrevido y moderno, tanto por dentro como por fuera. El Opel Grandland X se nos presenta más sobrio y comedido… casi tímido.
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Por su parte, el Opel Grandland X es sólo 2 centímetros más largo, adoptando los códigos de estilo ya estrenados en los Opel Astra y Opel Crossland X – su calandra o sus ópticas son elementos delatores. Nos gusta la forma de su pilar C, quizá el punto más arriesgado de un diseño muy