‘Velodyne’. No te suena, ¿verdad? O quizá te recuerde, en todo caso, a una marca de altavoces estéreo. Pues esta marca de altavoces, fundada en 1983, se ha convertido en un jugador clave en la carrera para desarrollar la omnipresente tecnología autónoma. Establecida en Silicon Valley, Velodyne da nombre a tres compañías tecnológicas basadas en los sistemas de sonido, soluciones para la Marina y sistemas LiDAR.
Se ha establecido de tal forma, que se ha posicionado como el proveedor líder de estos sistemas que permiten a los coches autónomos ver su entorno con una precisión que ha llegado a provocar una guerra entre Waymo y Uber. Solo Tesla se resiste a Velodyne, pues no utiliza este sistema.
De los subwoofers a los ojos de los coches autónomos
Velodyne se prepara para comenzar la producción en su mega fábrica automatizada de San José, California, gracias a que Ford, junto al gigante chino de internet Baidu, inyectaron el año pasado 150 millones de dólares en la empresa tecnológica. Planean fabricar un millón de unidades al año.
Pero antes de estar donde está, Velodyne ha tenido que pivotar de una esfera a otra en un movimiento poco usual en Silicon Valley, pero que ha funcionado, y muy bien.
Analizando los fracasos de los otros modelos, se llegó al desarrollo básico del LiDAR original de Velodyne: diparar 64 rayos láser en un barrido de 360 grados alrededor del coche.
Comenzó su andadura en 1983 con el desarrollo de componentes para altavoces, pero la competencia en China provocó que su fundador, David Hall, quisiera buscar algo más ambicioso. También jugaron durante un tiempo a los robots en un show británico de televisión: su robot Drillzilla se ganó la fama. Pero fue en 2004 cuando vieron el potencial de la conducción autónoma de mano de la esfera militar.