El 28 de septiembre de 1977, en el Londres-Sydney, conocido como el rally más duro del mundo triunfaron dos Mercedes-Benz. Andrew Cowan y su equipo ocuparon el primer lugar conduciendo un Mercedes-Benz 280 E (W 123) y Anthony Fowkes y su equipo llegaron en segundo lugar, también en un 280 E.
Más de 30.000 kilómetros en tres continentes durante 30 días y 30 noches, y tres cruces marítimos incluidos en la agenda marcaron el comienzo de una era de éxitos para Mercedes, a nivel competitivo y en cuanto a seguridad. Y se cumplen 40 años de esto.
De Ópera a Ópera
Para la Serie 123, el rally fue una prueba convincente tanto de la resistencia deportiva de los coches como del rendimiento y su comodidad y fiabilidad. La Serie 123 fue lanzada en 1976 y se mantuvo en producción hasta principios de 1986. Estaba disponible como una berlina (W 123), un coupé (C 123) y un Estate (S 123), y también como base para carrocerías especiales.
Anuncio en un periódico de la victoria de Hillman Hunter en 1969. Foto: Flickr/Five Starr Photos.
El primer rally Londres-Sydney se celebró en 1968, y la ruta cubriría nada menos que 11 países y 11.200 kilómetros. Andrew Cowan se hizo con la victoria en su Hillamn Hunter, llevándose las 10.000 libras de premio, pero en la segunda convocatoria en 1977, el protagonista sería Mercedes-Benz.
El inicio del rally hace cuatro décadas fue la apertura a un evento de proporciones bíblicas: 69 coches partieron del Covent Garden Opera House en Londres el 14 de agosto de 1977 para competir en el rally más duro del mundo: más de 30.000 kilómetros en tres continentes en 30 días y noches, y tres cruces marítimos también en la agenda.
La línea de meta, en la Ópera de Sydney