El Citroën C4 Cactus llegó al mercado en 2014 con un diseño innovador al mismo tiempo que quería ser un coche muy racional. La idea era muy Citroën y creó expectación. Y los primeros años de comercialización fue un modelo con éxito, pero al tener una identidad tan marcada y al mismo tiempo contradictoria, las ventas empezaron a caer.
Llegó la hora del restyling para darle una nueva vida. Y el restyling es está vez bastante acusado. El Citroën C4 Cactus 2018 abandona su aspecto de crossover y los Airbumps laterales para convertirse en una berlina compacta, rival del Ford Focus, Seat León y Hyundai i30, por citar tres modelos del abarrotado segmento C europeo.
El Citroën C4 Cactus es un modelo claramente anticonformista. Y no es sólo una cuestión de diseño -es de esos coches que te gustan u odias- sino porque casi cuatro años después de su lanzamiento llega un cambio profundo en su planteamiento. En lugar de optar por el clásico restyling-actualización, Citroën reorienta el C4 Cactus hacia un segmento del mercado más conformista.
Citroën reorienta el C4 Cactus hacia un segmento del mercado más conformista.
Si bien el estancamiento de las ventas es una de las razones de este cambio, la principal causa es el cese de la producción del Citroën C4 en la primavera de 2018 que dejaría a Citroën sin un modelo compacto. Además, el recién introducido Citroën C3 Aircross -el cual es claramente un SUV urbano- podría restarle ventas al C4 Cactus en su configuración actual saliente.
Cambio radical de objetivo
Así, el nuevo C4 Cactus abandona el aspecto SUV para convertirse en un compacto. Los famosos Airbumps desaparecen casi por completo -se mantienen en la parte de las puertas como elemento puramente de diseño y no de protección-. El frontal cambia por completo, peor conserva el