Donald Trump y las cabezas pensantes que le acompañan en un cometido tan exigente como es dirigir la nación más poderosa del mundo, han decidido nadar a contracorriente, una vez más. Si hace unos días la NHTSA declaraba sus intenciones de evitar procesos burocráticos innecesarios a los vehículos autónomos para un desarrollo más rápido, el Gobierno estadounidense acaba de dejar en stand by un mandato de la era Obama que perseguía algo parecido.
Tal y como informa Associated Press, la Administración Trump ha tumbado los planes que exigían que los nuevos vehículos pudieran conectarse entre sí de forma remota. Es lo que se denomina ‘V2V’, un sistema prometedor para reducir accidentes y conseguir una gestión del tráfico mucho más eficaz, pero que según la Casa Blanca se reduce a la imposición de mandatos costosos para la industria.
V2V: necesario para el vehículo autónomo y para reducir accidentes, pero una carga económica
El gobierno de Obama propuso en diciembre de 2016 que todos los vehículos nuevos estuvieran equipados con la tecnología conocida como comunicaciones V2V, lo que permitiría a los coches transmitir su ubicación, velocidad, dirección o frenada en un ratio de 10 veces por segundo.
Se trata de que los vehículos procesen y compartan información entre sí para predecir movimientos y situaciones peligrosas o mejorar el flujo del tráfico. Sin embargo, para que este sistema sea totalmente funcional, es necesario que la mayoría de vehículos lo lleven incorporado.
Fuente: RACE.
El mandato también exigía que la mitad de los automóviles nuevos tuvieran V2V dentro de los dos años posteriores a la emisión de la ley final. Sin embargo, la Administración Trump ha dejado de lado, a largo plazo, los planes para exigir que todos los automóviles nuevos contaran con esta tecnología. El departamento de Transporte aún está analizando comentarios sobre