El nuevo Aston Martin Vantage 2018 es algo más que un nuevo modelo deportivo para la firma británica. Este biplaza con motor V8 biturbo de 510 CV y de origen AMG es el sucesor del exitoso Aston Martin Vantage de 2005, del cual se han vendido 25.000 unidades en sus 12 años de vida comercial. La tarea de sustituir a un icono y coche de volumen es nada fácil.
Sustituir un modelo que tanto aportó a la marca, en términos de ventas como de imagen, es una tarea de lo más complicada. La solución de facilidad habría sido optar por la continuidad, pero Aston Martin optó aquí por crear un coche totalmente nuevo, tanto en términos de estructura, de mecánica como de diseño. ¡Y qué diseño!
Un diseño que rompe con el pasado
El Vantage de 2005 siguió el lenguaje estético creado por Henrik Fisker para el Aston Martin DB9. Y a día de hoy sigue siendo uno de los coches más bonitos del mercado y cuyo diseño no ha envejecido. Otra cosa es que la clientela quiera un modelo nuevo. Para el Vantage 2018, se decidió romper con el modelo predecesor, liberando así al equipo de diseño de Marek Reichmann de cualquier limitación en el diseño.
El diseño del nuevo Vantage bebe mucho del Aston Martin DB11 -y en cierta medida del DB10 ideado ex profeso para la saga James Bond-. Se mantienen algunos códigos estéticos, como la típica calandra Aston Martin desde los años 50 y que aquí es una enorme entrada de aire en la parte inferior, o bien los finos pilotos traseros que recuerdan a los DB10 y DB11.
Las proporciones son las de un clásico deportivo: largo capó y habitáculo casi sobre las ruedas traseras. La parte más polémica de este diseño quizá sea la protuberancia en el