Los todo caminos se han consolidado en el mercado como el caballo ganador para marcas y clientes. Volvo fue una de las firmas pioneras en el segmento SUV premium, pues la primera generación del XC90 se mantuvo durante años en producción siendo un éxito de ventas hasta sus últimos días. Con la llegada del XC60 la firma sueca se consolidó como la más vendedora de su segmento en Europa y ahora que llega el XC40 quieren revalidar esta posición, pero en otro segmento más bajo.
Una vez presentado oficialmente el modelo y abierta la lista de pedidos (con más de 13 mil en firme), Volvo se ha dispuesto a iniciar su producción en suelo europeo. La planta elegida para llevar a cabo el ensamblaje ha sido la que tienen en la ciudad belga de Gante; pero antes de ello, han tenido que realizar una fuerte inversión para adaptarla. La causante de estas obras es la nueva plataforma modular compacta (CMA) que dará vida a los modelos compactos de la firma.
La ampliación de la planta ha supuesto un incremento de tamaño en 8 mil metros cuadrados que han ido a parar al taller de carrocería. En esta superficie se han instalado 363 nuevos robots que serán los encargados de mover las carrocerías por toda la línea de montaje. Uno de ellos, “La Bestia” (único en el sistema de fabricación de Volvo Cars en el mundo) es el encargado de elevar la parte inferior de las carrocerías hasta una cinta transportadora situada casi en el techo de la planta.
A la inauguración de la línea productiva y nacimiento del primer Volvo XC40 acudieron el primer ministro belga Charles Michel, Håkan Samuelsson, presidente y director ejecutivo de Volvo Cars y Javier Varela, vicepresidente primero, fabricación y logística de Volvo Cars. Según Samuelsson
“es un día en