A principios de año, concretamente en el mes de febrero, Seat desvelaba la quinta generación de su coche más vendido, el Seat Ibiza. La cuarta generación llevaba ya varios años en el mercado pero, aunque sus resultados comerciales seguían siendo bastante buenos, ya se veía como un coche anticuado y pequeño respecto a las novedades del segmento B presentadas por sus rivales.
En el mes de abril abrían las reservas para el utilitario de Martorell y en junio empezaban a llegar las primeras unidades a los concesionarios. Desde ese mes de abril hasta octubre ha acumulado más de 7.000 reservas en nuestro país, y eso que solo llegaba con las motorizaciones de gasolina. Ahora aterrizan las variantes de gasoil, con potencias de 80, 95 y 115 CV, y también una versión de GNC, Gas Natural Comprimido, que seguro aumentan aún más las ventas del Seat Ibiza.
El nuevo Seat Ibiza diésel está disponible con un solo bloque diésel de 1.598 cc, denominado como 1.6 TDI. Lógicamente, recurre a la inyección directa por rail común y a la sobrealimentación por turbo. Con el objetivo de reducir las partículas de NOx en el ambiente frutos de la combustión, estas versiones incorporan el sistema de reducción catalítica selectiva (SCR) gracias al AdBlue, que añade un pequeño depósito y una boca de llenado junto a la del gasoil.
Como hemos citado más arriba, la gama diésel del Seat Ibiza gira sobre un solo bloque motor 1.6 y dispone de tres variantes diferentes, que son:
1.6 TDI de 80 CV: desarrolla una potencia máxima de 80 CV entre 2.700 y 4.800 rpm, además de un par máximo de 230 Nm entre 1.400 y 2.400 rpm. Solo se puede asociar a una transmisión manual de cinco velocidades. Según los datos de homologación consume 3,8 l/100 en ciclo mixto y tarda