En Noruega quieren convertirse en un referente absoluto en el mundo de la movilidad sostenible. Desde hace tiempo están concienciados con que los coches eléctricos son el futuro y hoy por hoy su determinación es que no contaminar debe ser más barato que contaminar. Pero Oslo quiere ir un paso más allá.
Con la mirada puesta en el año 2019, el consistorio de la capital noruega afirmó en 2015 con la llegada de un equipo de gobierno formado por una coalición progresista que Oslo quedaría libre de automóviles. No de automóviles contaminantes, sino de todo tipo de coches.
Noruega: De la riqueza de los combustibles fósiles a su abolición
Muchas ciudades europeas están cerrando al tráfico el centro de sus núcleos urbanos y tanteando progresivamente su extensión. Aunque Oslo no haya sido una pionera en este aspecto sí que se tratará de la primera en conseguirlo gracias a una sociedad y a unos políticos por encima de la media en cuanto a concienciación con la conservación del medio ambiente.
Noruega es un país donde buena parte de la riqueza procede de la extracción de petróleo y gas, a partir del descubrimiento de importantes yacimientos en la segunda mitad del siglo XX, como Ekofisk (1969) en el Mar del Norte, pero su abundancia no ha fomentado el consumo de estas materias primas, sino que se ha utilizado para propósitos más biorresponsables.
Campo de extracción Ekofisk en el Mar del Norte
Ahora, el país nórdico está virando cada vez más hacia una nación que explota al máximo sus recursos naturales desde el respeto. Se está postulando como un destino turístico de primer nivel debido a su espectacular geografía y naturaleza. Dentro de este marco responsable, Oslo quiere recuperar el terreno que las personas han perdido en las ciudades.
Desde hace décadas los centros