Un año después de haber presentado en el Salón de Los Angeles 2016 un coche que podría haberse quedado como un modelo de producción, una empresa casi desconocida ha vuelto a la carga con algo muy bestia. Se llama Aria FXE y es un superdeportivo con motor central a la americana con una potencia desorbitada.
De los alrededor de 500 caballos que ofrecía el show car del año pasado, los de Aria han decidido optar por la sobredosis de esteroides para sobrepasar holgadamente la barrera de los 1.000 caballos en el modelo de producción que llevaron a la exposición este 2017. ¡Y además es híbrido!
Tres motores: un V8 y dos eléctricos
Volviendo al motor, se trata de un ocho cilindros en uve de 6.2 litros sobrealimentado de 730 CV asociado a una caja de cambios de siete velocidades con transmisión automática de doble embrague que transfiere la fuerza a las ruedas traseras.
Por otro lado incluye dos motores eléctricos que suman una descomunal cifra de 547 CV colocados en las ruedas delanteras para convertir a este yankee en un superdeportivo de tracción integral con unas cifras que lo colocan entre los mejores del mundo: 1.165 CV y 1.784 Nm de par motor.
Lo que no han revelado es ningún dato sobre sus cifras puramente eléctricas. Desconocemos qué tipo de baterías utiliza, ni su ubicación (suponemos que en el suelo), ni su capacidad, ni si cuenta con modo puramente eléctrico.
El propulsor de combustión va colocado en posición central sobre un chasis de tipo monocasco realizado en fibra de carbono, mismo material que se emplea para la carrocería, y para mantener el el peso en los 1.565 kg finales se ha empleado impresión digital 3D para la realización de numerosas piezas de metal.
Las llantas tienen de aspecto sublime y apariencia ligerísima están firmadas por HRE,