Hace poco más de un año Porsche presentó un coche muy especial. El Porsche 911 R era un coche con un enorme potencial especulativo, que fue incluso subestimado por parte de Porsche. En su momento, era lo más cerca que se podía estar del nirvana purista, de un Porsche 911 GT3 manual que entonces siquiera se ofrecía como opción. Aligerado, con detalles retro, con cambio manual y un motor atmosférico de 500 CV, las 991 unidades producidas del Porsche 911 R se vendieron en un tiempo récord. Antes de ser entregadas, algunas reservas comandaban precios que quintuplicaban el importe original. Y con mucha razón, en Porsche se cabrearon.
En Porsche se cabrearon porque no querían que sus deportivos fueran considerados instrumentos de especulación financiera. Querían que sus deportivos fueran coches disfrutados por sus propietarios, pilotados tanto en carreteras alpinas reviradas como en track-days, no almacenados “cogiendo polvo” en un garaje climatizado con 10 km en el odómetro. La espiral especulativa podría incluso haber dañado la imagen de Porsche, quedando sus clientes “de toda la vida” excluidos por culpa de un puñado de especuladores. Así que decidieron minorar la cualidad más fuerte del Porsche 911 R: su exclusividad.
Los precios de los Porsche 911 R llegaron a superar las siete cifras en el mercado secundario.
Ver la galería completa en Diariomotor
Ver la galería completa en Diariomotor
“No esperábamos esta reacción de locura en el precio de los Porsche 911 R”, afirmaba August Achleitner – jefe de producto de los Porsche 911 – en una entrevista con Road & Track. “Mucha gente sólo busca hacer dinero con el Porsche 911 R, y eso no nos gusta”. En la misma entrevista el ejecutivo alemán afirmó que en parte, el Touring Package de los Porsche 911 GT3 – con cambio manual opcional desde 2017 – fue