Tarde o temprano llegará un momento en tu vida en el que tendrás que renunciar a tu coche habitual, ese que te has comprado con el sudor de tu frente y toda la ilusión de tu juventud, en favor de un modelo más práctico.
En tu nuevo coche el que el espacio, la practicidad y la funcionalidad serán los valores que más pesen. Entonces habrá momentos en los que pienses que tu vida automovilística se ha acabado, pero no desesperes, mientras existan modelos como la Renault Espace TCe de 225 CV que hoy probamos, tus alegrías al volante seguirán siendo memorables.
Porque no nos engañemos, en ocasiones la llegada de un hijo, el momento en que tu familia crece, no tiene necesariamente que ser sinónimo de aburrimiento y suponer la pérdida de la pasión por conducir. Al contrario, podrás compartir esa pasión con más gente, y eso es motivo de alegría. El modelo que hoy nos ocupa es un buen ejemplo.
De ‘La Espace’ a ‘El Espace’, algo más que una mutación
El Renault Espace ha evolucionado del femenino, cuando era una monovolumen y le llamábamos “la Espace”, al masculino ahora que su carrocería se parece más a la de un SUV o crossover que al concepto original que tantos éxitos le ha dado en sus 30 años de vida con más de 1.250.000 unidades vendidas.
Su estilizada carrocería mide 4,87 metros de largo, pero ahora es más compacta, lo cual hace que se parezca más a una berlina familiar alta, siendo un punto clave la altura libre al suelo de 16 centímetros (4 centímetros más que el modelo anterior).
Por todo esto se acerca más a un SUV o un crossover que a un monovolumen, y eso que cuenta con una altura contenida de la carrocería de 1,67 metros.