AMG no siempre fue una empresa vinculada a Mercedes. Hasta entrados los años 90 no pasó a trabajar exclusivamente con Mercedes, y durante los año 70 y 80 realizó proyectos a pequeña escala con otros fabricantes. AMG era un agente libre, y aunque la mayor parte de preparaciones se llevaban a cabo sobre bases Mercedes, llegó a trabajar con fabricantes como Mitsubishi. Una de sus preparaciones más desconocidas – pero fascinantes – tiene como base al Mitsubishi Galant E-E33A.
Japón vivía a finales de los años 80 su momento económico más dulce. Fue un momento singular, un momento de extrema bonanza en el que muchos fabricantes de coches se embarcaron en proyectos cuyo resultado serían unos fascinantes y muy deportivos años 90, como ya os hemos explicado en Diariomotor. La escena del tuning explotó en el Japón de finales de los 80, y jóvenes ejecutivos se gastaban sus bonus millonarios en mejorar el aspecto y prestaciones de sus berlinas ejecutivas. AMG llegó en el momento adecuado.
Existió una versión manual y otra versión equipada con un cambio automático de cuatro relaciones.
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Tras preparar de forma estética un Mitsubishi Debonair V 3000 Royal, Mitsubishi les volvió a contratar para desarrollar una versión limitada del Mitsubishi Galant, basada en la versión GTi-16v, una novedad del año 1989. Esta berlina de 4,56 metros tenía en sus entrañas la versión atmosférica de un motor legendario en Mitsubishi, el 4G63 de cuatro cilindros y 1.997 cc. Este motor sería potenciado en un futuro hasta los 300 CV en los coches de rallye matriculados que eran los Mitsubishi Lancer Evolution.
Mitsubishi dotó a estos coches en primer lugar – cuya producción es desconocida, pero se estima inferior a las 500 unidades – de un kit estético diferenciado. Estaba compuesto por unas