La nueva generación de Suzuki Swift mantiene e incluso mejora las virtudes de su antecesor. Sigue siendo un coche ágil, ligero y con unas dimensiones muy buenas para moverse por ciudad. Además, su equipamiento es muy completo en cualquiera de los acabados disponibles: GLE y GLX.
El acabado que hemos probado es el más alto, el GLX, que está unido necesariamente al sistema híbrido SHSV. Gracias a esto, el motor 1.0 turbo con 111 CV consigue unas cifras de consumo mucho mejores en ciudad y permite llevar la pegatina ECO, que tienen ventajas en las zonas de estacionamiento regulado como la SER de Madrid o el Área de Barcelona.
Diseño del Suzuki Swift
La nueva generación del Suzuki Swift está disponible solo con la carrocería de cinco puertas, por lo que la versión de tres puertas homologada para solo cuatro personas desaparece. Sus dimensiones son prácticamente las mismas que la anterior generación, aunque los sutiles cambios le confieren un aspecto más deportivo: 1 cm más corto, 4 cm más ancho y 1,5 cm más bajo.
Como también han hecho otras marcas, como Toyota con el Auris o Seat con el Arona, el Suzuki Swift está disponible con carrocerías en dos colores. El techo y los retrovisores en un color y el resto de la carrocería en otro. Las llantas de serie son de aleación en los dos acabados y se diferencian en que en el GLX son bitono.
En el interior se perciben unos cambios estéticos que le confieren un aspecto actual y bien rematado. El salpicadero lleva un embellecedor de color blanco, que en el acabado que hemos probado tiene un acabado perlado. La pantalla táctil central incluye funciones de conectividad con el smartphone, rádio y conexión USB y Aux. El acabado GLX, además lleva otra de 4,2 pulgadas en la instrumentación que ofrece