En el mundo de la automoción, posiblemente los trabajadores de las cadenas de montaje son quienes tienen los trabajos más duros y siguen siendo necesarios pese a la cada vez mayor implantación de robots. Para ayudar a sus empleados la planta de Ford en Almussafes (Valencia) ha convertido a algunos operarios en una especie de androides al equiparles con unos modernos exoesqueletos.
Hasta nueve tipos de exoesqueletos diferentes, de momento
Las tareas repetitivas que suponen esfuerzos físicos acaban por generar desórdenes musculoesqueléticos que pueden derivar en lesiones consideradas como enfermedades laborales que se calcula que pueden alcanzar en Europa un 61% de todas las enfermedades laborales.
Y es que los trabajadores de las cadenas de montaje tienen que levantar y colocar piezas por encima de su cabeza o manipular componentes pesados, poniendo al límite sus capacidades físicas a lo largo de toda una jornada de trabajo. Por eso Ford se ha convertido en la primera marca que utiliza esta tecnología en una cadena de montaje en movimiento.
Con la ayuda de estos exoesqueletos, los esfuerzos biomecánicos de los operarios reducen su impacto físico, trasladando la fuerza que tienen que hacer con los hombros, los brazos y la espalda hacia la cadera y las piernas.
Los beneficios de estos gadgets que parecen salidos de un cómic son inmediatos, puesto que para aquellas tareas que supongan la carga de objetos de más de 3 kg el cansancio es mucho menor, no se acumula de forma tan perjudicial y reduce el estrés tanto físico como mental de los montadores.
Su fabricación se realiza en materiales ligeros para reducir el cansancio que pueda suponer llevarlos adosados al cuerpo, y por ello se recurre a titanio y fibra de carbono.
En total han sido 100 los trabajadores que han empezado a utilizar