El coche autónomo sigue dejándonos anuncios grandilocuentes que, por desgracia, de momento son solo eso. La carrera por lanzar los primeros coches autónomos nos lleva a situaciones a menudo un tanto incomprensibles. Y el caso más claro lo tenemos en Tesla, que según Elon Musk el año que viene debería tener en la calle coches que podrían circular solos mientras tú duermes (ver entrevista a Elon Musk). En Alemania, Audi y Mercedes-Benz están inmersas en una carrera tecnológica para ver quién presenta el próximo gran avance. Y si el Audi A8 ya es un coche autónomo de nivel 3, el Mercedes Clase S lo será en menos de dos años. ¿Pero de qué sirven tantos avances, si aún no los podrás utilizar, y si su utilidad práctica es cuanto menos cuestionable?
El nivel de autonomía 3
El nivel de autonomía 3 de un coche implica que este es capaz de desplazarse sin la intervención de un conductor, ahora bien, con dos condicionantes realmente importantes. El primer condicionante, es que solo puede funcionar sin intervención del conductor en unas condiciones de la vía muy concretas. El segundo condicionante, que el conductor no puede perder la atención, ni distraerse, porque el sistema puede pedir su intervención en cualquier momento, si surgiera un imprevisto o, por ejemplo, si las condiciones de la vía por un momento ya no fueran las que sí permiten ese grado de autonomía.
Aún hay un condicionante mayor, la mayoría de los países no nos permiten soltar las manos del volante y dejar que el coche conduzca por sus propios medios. En cualquier caso, Audi ya ofrece este nivel de autonomía en el Audi A8 y Mercedes-Benz podría hacer lo propio muy pronto en el Mercedes Clase S, tal y como leemos en las últimas entrevistas a su responsable de desarrollo (ver