Durante los pasados días, hemos viajado a la región francesa de Provence para poner a prueba a los nuevos Opel Insignia GSi. Las siglas GSi han vuelto a Opel, tras un impasse de 5 años. El último capítulo de los GSi fue un Opel Corsa D de carácter templado. Un coche muy alejado de estos Opel Insignia, de estética agresiva, puesta a punto muy diferenciada y hasta 260 CV de potencia. Son coches, en palabras de la marca, tan divertidos como precisos. Eso hemos venido a probar a Francia: ¿son dignos portadores de estas tres siglas tan históricas para Opel?
Cara a cara con los Opel Insignia GSi: ¿se sienten especiales?
Desembarcamos del avión en el aeropuerto de Marsella y ante nosotros brillan bajo el sol provenzal una docena de Opel Insignia GSi, limpios y relucientes. Esta versión deportiva se ofrece tanto con carrocería Grand Sport de cinco puertas como con carrocería Sports Tourer familiar. Mi compañero y yo no dudamos en elegir un Grand Sport, ¡y tampoco dudamos en la motorización! Los Opel Insignia GSi se ofertarán únicamente con dos motorizaciones: un 2.0 Turbo de gasolina con 260 CV, y un nuevo 2.0 diésel twin-turbo con 210 CV. ¿En algún momento habéis dudado que escogeríamos el motor de gasolina?
Sobre el papel, el gasolina de cinco puertas firma un espectacular 0 a 100 km/h de 7,2 segundos, con una punta de 250 km/h.
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En cualquiera de los casos, estos motores se asocian a un sistema de tracción total con reparto vectorial de par motor, y una caja de cambios automática de ocho relaciones – no, no va a haber un Insignia GSi con cambio manual, desgraciadamente. Lo primero que percibo al acercarme al coche es lo largo y grande que es. No había probado hasta ahora el Insignia