Pese a quien le pese, España sigue siendo el país preferido de los equipos de Fórmula 1 para hacer sus test. Otros países han intentado en los últimos años albergar las pruebas de pretemporada, incluso Baréin lo consiguió, pero no fue igual. De hecho, podríamos decir que fue un desastre. Un año más tarde, los test invernales volvieron a la Península, de donde no se han movido desde entonces.
1. El clima mediterráneo les ahorra sustos
Suena a tópico, pero es que España tiene un clima envidiable. Teniendo en cuenta que tienen solo dos días de filming day -de test privados encubiertos- con el coche de la temporada vigente y justo el día que han reservado el circuito diluvia. El plan de trabajo previsto, evidentemente, se va al traste.
También tenemos que tener en cuenta que la lluvia es un factor de riesgo más. Todos sabemos que las posibilidades de sufrir un accidente se multiplican exponencialmente y que en pretemporada, cuando los equipos tienen un solo coche para los test y no tienen recambio de todas las piezas, un pequeño golpe es una tragedia.
Esto en lo que a los test privados y jornadas de grabación respecta, pero qué decir de los test colectivos de pretemporada. Actualmente, disponen de dos tandas divididas en dos semanas con cuatro días de trabajo en cada una de ellas.
Antes de llegar al Gran Premio inaugural de la temporada en Australia, los equipos tienen ciertas comprobaciones que hacer y sobre todo, muchas piezas nuevas que poner a prueba. Del número de horas trabajo disponibles en pista, puede depender la posición que ocupen sus pilotos en las primeras carreras de la temporada.
2. Altas temperaturas para los neumáticos
Además de poner a prueba los coches que han construido, los equipos tienen que poner a descubrir durante la