Tener mucho dinero te permite disfrutar de todo lo que puedas imaginar. Coches, coches caros, coches absurdamente caros y luego están esos coches tan prohibitivos que incluso son raros de ver en Internet. Pero el vídeo que os traemos hoy va aún más allá porque es algo que hasta ahora no habíamos visto: un Bugatti Veyron haciendo burnouts sin compasión.
El ultradeportivo francés es una máquina incomparable (bueno, con permiso del Chiron) diseñada para ser uno de los coches más rápidos del mundo en línea recta (o casi recta) y batir récords de velocidad al mismo tiempo que lo envuelve todo en un halo de glamour, sofisticación y tecnología diseñadas en exclusiva para él.
Cuatro neumático aniquilados y un fallo de motor
En concreto esta unidad es sumamente exclusiva. El Veyron fabricado por Bugatti pasó por las manos de Mansory para convertirse en el Bugatti Veyron Mansoty Linea Vivere, de los que sólo hay dos unidades en el mundo. Decoración única, más fibra de carbono, luz de día integrada en el paragolpes, interior totalmente a medida… Toda una rareza.
Durante la primera parte del vídeo podemos ver cómo preparan el crimen y conocemos de cerca detalles del Veyron como que la fiebre por la fibra de carbono es tan alta que se propaga incluso al interior de los pasos de rueda. Todo es refinado y tan perfecto como los pares de torsión exactos con los que se tienen que apretar los tornillos de las ruedas o saldrían disparados al soportar las inercias a las altísimas velocidades que es capaz de alcanzar.
Quizá de lo más relevante en este caso es que los neumáticos Michelin específicos para el Veyron que se consumen en cuestión de segundos cuestan 10.000 euros cada unidad, lo que hace convierte a este