El segmento de referencia que está moviendo a las marcas de coches durante los últimos años es el de los SUV. Tras la fiebre por los SUV grandes ahora es el momento de desvelar toda la artillería en el mercado de los B-SUV, los todocaminos de tamaño contenido pensados para un uso urbano, y precisamente este año tenemos dos interesantes incorporaciones: el Hyundai Kona y el Kia Stonic.
Estos dos contendientes comparten más de lo que cabría esperar. Los SUV pequeños coreanos comparten mecánicas, tecnologías y parte de sus diseños, pero con grandes salvedades que los hacen similares pero distintos.
Diseño exterior
Parecidos pero muy diferentes al mismo tiempo. Los fabricantes asiáticos llevan años haciendo cada vez mejor su trabajo en lo que se refiere a diseños exteriores y estos dos contendientes son claros ejemplos de ello.
El Hyundai Kona es un coche en el que la marca de la hache se ha arriesgado, buscando un diseño fresco, juvenil y algo más sofisticado. El frontal destaca por un complejo juego de luces con las lámparas repartidas en tres niveles diferentes que se combinan con varias entradas de aire (o lo que simulan ser entradas de aire).
En cambio el Kia Stonic ha hecho suyos los rasgos que tan bien han funcionado en otros modelos de la marca como el Kia Sportage, refinando sus líneas para introducirlas en este SUV pequeño. El resultado es una carta de presentación estética más convencional que el Kona, con rasgos marcados pero más sobrios y la parrilla ‘nariz de tigre’ presidiendo el frontal..
Por detrás, más de lo mismo. El Hyundai Kona se la juega recargando algo más la estética y el Kia Stonic es más convencional. En ambos casos contamos con techos pintados en negro con un rasgo distintivo del Stonic: la pintura del pilar B se extiende