Cuando David Brabham (piloto ganador de Le Mans y ex piloto de Fórmula 1) hijo del mítico Sir Jack Brabham, anunció el pasado mes de febrero que nacía una nueva marca de coches superdeportivos, muchos pensaban que el desarrollo del proyecto no estaba lo suficientemente maduro. La razón de ello, es que prácticamente un mes después de producirse este anuncio, Brabham Automotive hacía oficial la presentación de su primer modelo, el BT62.
La información del BT62 ha ido llegando con cuenta gotas, pues los responsables de la marca no querían que semejante sorpresa se viera deslucida por abrir de más la boca. Además, para evitar filtraciones innecesarias, decidieron que ningún medio de comunicación tuviera imágenes del modelo, por lo que hemos tenido que conformarnos hasta que han sido ellos los que lo han presentado en sociedad.
Ahora, con las imágenes en la mano, podemos decir que el Brabham BT62 es un modelo que ha de ser temido por los grandes superdeportivos del mercado. Su diseño es radical, pues a un escaso peso en báscula de sólo 972 kilos añade un kit aerodinámico muy elaborado, donde no falta la fibra de carbono y la posibilidad de ser ajustado para cada circuito donde se vaya a mover. Además, su carrocería y chasis también están realizados en este material, ayudando a que logre unas prestaciones de infarto.
Si la estética exterior es sugerente, la interior es más sobria, pero no por ello carente de deportividad. Lo primero que destaca de su interior es su cuadro de instrumentos completamente digital, pues está formada por una pantalla de 12 pulgadas TFT. Ante ella se ubica un volante de diseño minimalista y extraíble para facilitar al conductor entrar y salir bien del habitáculo. Por último, contrastan los asientos de fibra de carbono tapizados en Alcanzara con la jaula de seguridad y el sistema