La estrategia de producto que está llevando a cabo el Grupo PSA con Citroën es cuanto menos curiosa, y caótica. En el Viejo Continente, la firma del doble chevron cuenta con una gama un tanto desequilibrada, pues ahora que es cuando más están pegando los SUV´s sólo tiene un modelo en liza. El recién lanzado C3 AirCross aún está asentándose en el mercado, amén de tener que captar aquellos clientes que podrían estar interesados en un modelo de mayor tamaño, como el C4 AirCross.
Éste último, ha cesado su fabricación y venta hace un par de meses, pues a su veteranía se unía el hecho de que, tras la adquisición de Mitsubishi por parte de Nissan, se rompió el acuerdo de colaboración que tenía la marca japonesa con el Grupo PSA. Por esta razón, el segmento todo camino compacto estará desierto en Citroën hasta que llegue este año el C5 AirCross; modelo que por cierto, está encuadrado un escalón por encima, por lo que de compacto sólo tendrá el posicionamiento y precio que le dará su marca.
Sin embargo, la estrategia de producto de Citroën en China parece más clara, pues allí comercializa los todo caminos C3-XR y C5 Aircross, teniendo hueco suficiente para que entre el nuevo C4 AirCross que acaban de presentar en el Salón del Automóvil de Pekín. El problema está, en que en lugar de desarrollar un modelo nuevo, o con un aire diferente, se han limitado a coger el C3 AirCross que se vende en Europa al que han estirado la carrocería 12 centímetros y le han cambiado algunos elementos de diseño.
El Citroën C4 AirCross chino, exteriormente alcanza los 4,27 metros de longitud, metiéndose de lleno en el segmento SUV compacto. Además, su distancia entre ejes también se ha visto incrementada (no han confirmado cuanto), permitiendo que