Estos días leía un artículo que he de reconoceros me sorprendió bastante. The New York Times alertaba de un peligro que, para muchos, entre los que me incluyo, había pasado desapercibido. Decenas de conductores habrían fallecido en Estados Unidos en los últimos años por culpa de los sistemas de arranque por botón de sus coches, mediante mandos inalámbricos, sin llaves tradicionales. Hasta el punto en que la centenaria publicación estadounidense denunciaba la pasividad de los organismos encargados de regular la seguridad de los coches comercializados en Estados Unidos y la dejadez de las propias marcas de coches.
El peligro de los coches con arranque por botón
Pero sin ánimo alguno de defender a la industria, a los fabricantes de coches, ni a los reguladores estadounidenses, hemos de decir que los casos registrados se deben, sobre todo, a un descuido por parte de los conductores. Las muertes registradas en conexión con este sistema, tan habitual hoy en día en nuestros coches, se deben a un conductor que aparcó el coche en su garaje, salió de él con las “llaves” o, mejor dicho, el mando de su coche en el bolsillo, y olvidó parar el motor. La ausencia, en muchos casos, de un aviso visual o sonoro, o un sistema que detenga el motor automáticamente al no detectar el mando en su interior, habría permitido que el motor permaneciera encendido durante horas.
En nuestra propia experiencia hemos podido comprobar cómo estos sistemas de arranque por botón no detienen el motor de los coches cuando la llave no está presente en su interior, aunque sí impiden el arranque una vez que el motor se ha detenido y la llave no está próxima. Los avisos sonoros, generalmente, tampoco suelen ser audibles fuera del coche, y están pensados para advertir al conductor de que la llave no está