A sazón del nuevo borrador del protocolo anticontaminación presentado por el Ayuntamiento de Madrid, que está en fase de aprobación y cuya entrada en vigor se prevé para finales de verano, se plantean muchas dudas de cara a los usuarios.
Que las ciudades deben imponer medidas para reducir los límites de polución está fuera de toda duda, pero también deben poner de su parte para hacerle la vida más sencilla a los ciudadanos que dependen del vehículo privado: prohibir antes de ofrecer soluciones no se presenta como el mejor de los escenarios para el contribuyente.
Las grandes novedades en lo que toca a las medidas del plan contra la contaminación en Madrid son dos: por un lado, que las restricciones afectan a toda la ciudad y no sólo a la almendra central y, por otro, que las limitaciones de acceso vendrán determinadas por el etiquetado medioambietal de la DGT y no por matrícula.
Además, los escenarios serán más restrictivos desde el nivel 2 y pasarán a activarse antes. Con esto en la mano, cabe preguntarse, ¿cómo lo van a afrontar los madrileños día a día? La Administración del Estado en general y del ayuntamiento de la capital en particular es quien tiene dar respuesta.
Ayudas a la compra para coches menos contaminantes
La renovación del parque móvil y que crezca el número de coches con mecánicas de cero o pocas emisiones sigue siendo vital. Pero los incentivos por parte de la Administración española siguen siendo insuficientes para el bolsillo del conductor. Asimismo, las dotaciones en general siguen siendo reducidas: el presupuesto del Plan MOVALT 2017, 20 millones de euros para la ayuda a la compra de cohes ecofriendly, se agotó en apenas 24 horas.
El Ejecutivo anunciaba hace unas semanas el lanzamiento de nuevas ayudas enmarcadas en el VEA Vehículos, que llegará en