Un estudio encargado por los sindicatos y la industria automotriz alemana afirma que el cambio a los coches eléctricos pondrá en riesgo 75.000 empleos basados en la fabricación de motores y cajas de cambios así como en el área de ensamblaje. El estudio reclama el desarrollo de estrategias que formen de nuevo a los trabajadores ante la era de electromovilidad que se avecina.
Pérdida de fuerza laboral, de competitividad… algunos sectores no están convencidos
El Instituto de Ingeniería Industrial Fraunhofer, que realizó el estudio junto al sindicato alemán IG Metall ha advertido del enorme peso que supone la industria automotriz en Alemania: representa 840.000 empleos, de los cuales 210.000 están vinculados a la producción de motores.
Los investigadores afirman que el estudio se basa en datos proporcionados por Daimler, BMW, Grupo Volkswagen y los proveedores Bosch, ZF y Schaeffler, y ponen 2030 como el año en el que uno de cada dos trabajos relacionados con la fabricación de motores se verá directa o indirectamente afectado por la electromovilidad.
Tal y como reveló otro estudio reciente en España, los vehículos eléctricos precisan de menos componentes que los impulsados por combustibles fósiles, pudiendo reducir el trabajo a la hora de ensamblarlos y también a la hora de repararlos en los talleres.
Además recalcan que una fábrica de baterías requiere solo una quinta parte de la fuerza laboral en comparación con una planta de motores. Por su parte, y según recoge la cabecera Autonews, el representante laboral de BMW, Peter Cammerer, ha ido más allá declarando que la industria alemana debería tener cuidado con «regalar tecnología y conocimientos a los competidores chinos, coreanos y japoneses».
Ante este cambio, piden un plan político que aborde la transformación de forma que no se traduzca en una pérdida o una externalización de puestos de trabajo o una disminución de la competitividad.