Subaru no cree que su problema pueda convertirse en algo aún mayor, porque es imposible. Son palabras del que pronto dejará de ser CEO de la firma, Yasuyuki Yoshinaga. El fabricante japonés ha publicado en su web que, al reabrirse la investigación sobre el falseamiento de consumos y emisiones de sus vehículos, se ha descubierto que las unidades afectadas son casi el doble de las detectadas inicialmente.
Como consecuencia, Yoshinaga ha renunciado a la presidencia y ya tiene sustituto. Tomomi Nakamura, vicepresidente ejecutivo, lo reemplazará como presidente.
Un escándalo que ya se ha cobrado su primera cabeza de turco
De los 927 vehículos en el mercado japonés que se identificaron inicialmente como foco del escándalo, ahora hay un total de 1.551 cuyas mediciones sobre consumo real han sido manipuladas o efectuadas incorrectamente durante el proceso de verificación final.
Aunque las lecturas de consumo no entran dentro de los requisitos de seguridad, no implicaría el retiro de ningún vehículo, pero mostraría un número mayor de kilómetros hechos con cada litro de combustible, y por tanto una mayor eficiencia.
La firma nipona ha especificado una de las irregularidades:
«Aunque las Directrices Detalladas exigen que la humedad se mantenga dentro de un rango de 30-75 % al medir el consumo de combustible y las emisiones, hubo casos en que la humedad en los sitios de medición para ciertos vehículos estaban fuera de este rango permitido, y, a pesar de tal problema, los resultados de la medición se registraron inalterados y se trataron como mediciones válidas».
Según informa la cabecera asiática Nikkei Asian Review, Yoshinaga se disculpó en una conferencia de prensa el martes al enfatizar que Subaru ya ha establecido medidas preventivas contra una mala conducta ya detectada anteriormente. «No hay posibilidad de que el problema sea más grave que esto», dijo.
Subaru también fue investigado por el Ministerio