A principios del mes de mayo, conocíamos la noticia de que la Oficina Federal de Vehículos a Motor (KBA) estaba investigando a Audi por un supuesto software ilegal asociado al AdBlue que manipulaba las emisiones contaminantes en el motor de 3.0 litros V6 diésel equipado por los Audi A6 y A7.
Poco menos de un mes después, la KBA ya ha dictado sentencia: el sistema es fraudulento, por lo que la marca de los cuatro aros deberá llamar a revisión a los modelos afectados, que se cifran en un total de 60.000 unidades.
La sombra del Dieselgate sigue azotando a las marcas pertenecientes al Grupo Volkwagen, siendo el del V6 de 3.0 litros de los modelos Audi A6 y Audi A7 el último capítulo en esta historia que parece la de nunca acabar. Tal y como asegura El Economista, de nuevo ha sido el semanario alemán Der Spiegel quien ha publicado la noticia, aunque en este caso ratificando la obligación por parte de la marca de realizar una llamada obligatoria al taller en estos modelos.
A vueltas con el AdBlue
Las informaciones del diario germano se hacen eco del comunicado que la KBA emitió este lunes, instando a Audi a realizar las pertinentes reparaciones, tras confirmar la ilegalidad del mencionado software. En concreto, se trata del sistema que gestiona el filtrado de emisiones mediante tecnología AdBlue.
Éste se desconecta cuando detecta que el AdBlue comienza a terminarse, para evitar que la potencia del motor se vea comprometida, pero a costa de las que las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) superen los máximos marcados por la ley. Así lo ha confirmado el organismo dependiente del Gobierno alemán, lo que se traduce en la obligatoriedad de reparación por parte de Audi.
Sólo en Alemania, los modelos afectados se cifran en torno a las