Cambiar el motor de un coche por el de otro modelo suele ser algo que no reconforta demasiado a los más puristas, aunque se ganen prestaciones o fiabilidad. Ahora imagina si este cambio tiene como protagonista a un Porsche. Legiones de aficionados a la marca listos para crucificar al “engendro” y a su artífice. Es una herejía. Aunque viendo a este Porsche 911 con un motor V8 uno puede sentir la llamada del lado oscuro…
Este Porsche 911 930 tiene ahora más de 600 CV
Nuestro protagonista, un Porsche 911 de 1975, ha recibido una de las mecánicas más habituales cuando de “swaps” se trata, un motor LS6 que en su día, durante los primeros compases del nuevo milenio, acompañó a la versión Z06 del Chevrolet Corvette.
Esto nos deja con un motor V8 de 5.7 litros de cubicaje a espaldas de un Porsche 911 clásico, una hazaña, sacrilegio para algunos, que recae en manos de Bob Radke, sustituyendo la ingeniería alemana, con su motor bóxer de 6 cilindros y 3 litros de cubicaje por el músculo americano, por un V8 que pone a nuestra disposición una desmesurada cifra de potencia si tenemos en cuenta el año original del Porsche.
El motor LS6 fue empleado, entre otros modelos, por el Corvette Z06
Un total de 611 CV rugiendo desde la zaga de este Porsche con una exquisita melodía, proponiéndonos una cifra también a tener muy en cuenta, 736 Nm a 2000 rpm. La visión del V8 en el vano motor original de este amarillo 911 es tan obscena como tentadora y sorprende ver que Radke no ha tenido que modificar la estructura original para albergar este motor.
Este Porsche 911 es un Porsche 930 Turbo de la primera serie, lo que significa que originalmente contaba con una potencia de 260 CV. El