La oleada de los nuevos modelos SUV llegó con fuerza a mediados de la pasada década, y aunque suena lejano, en la mayoría de casos muchos de estos vehículos no llevan más de 10 años en el mercado. Es el caso del Audi Q5, el segundo modelo de la gama “Q” de los de Ingolstadt.
El todocamino de segmento D-SUV alemán combina un gran diseño interior, compuesto por materiales seleccionados y una buena construcción, junto con un comportamiento dinámico enfocado en otorgar la máxima comodidad en los trayectos. Os contamos todo sobre el Audi Q5.renderAd(adPage,44162);
Diseño exterior robusto y estilizado
Las marcas de automóviles siguen patrones en sus líneas de diseño para permitir a los usuarios menos involucrados en el mercado reconocer de un simple vistazo sus modelos. Exactamente es lo que Audi, entre otros muchos fabricantes, hace con sus vehículos, y el Audi Q5 no iba a ser una excepción. A primera vista reconoces que es un Audi.
El frontal está presidido por la parrilla hexagonal marca de la casa alemana, ahora, en esta segunda generación del todocamino mediano, con unos marcos más anchos que afianzan su estética robusta y elegante. Es aquí donde podremos encontrar también el logotipo de Quattro, si nuestro vehículo cuenta con este tipo de tracción.
La tecnología de faros y pilotos traseros es también uno de los aspectos donde Audi más presta atención. Los faros delanteros están disponibles con tecnología LED y Matrix LED (estos con un precio extra de 2.235 euros) y Xenón, los cuales están incluidos de serie. El diseño de los LED, los cuales fueron los que tuvimos ocasión de probar, siguen las líneas generales del SUV alemán y aportan una gran eficiencia en la iluminación que sorprende a pesar de no haber podido probar los Matrix LED.
Siguiendo por el lateral, como en muchos modelos, el Audi