Corren tiempos revueltos en el equipo de Fórmula 1 de McLaren y lejos de calmarse las aguas, parece que la cosa va a peor. Eric Boullier presentaba ayer su dimisión como jefe de equipo de la escudería británica ante Zak Brown, CEO de McLaren, que ha aceptado la renuncia además de anunciar un cambio estructural en el equipo con la mirada puesta en una mejora de resultados.
A partir de ahora, el hasta entonces director de operaciones Simon Roberts será el encargado de la producción, ingeniería y logística del equipo mientras que Andrea Stella, que ha acompañaba a Fernando Alonso desde Ferrari a McLaren, será el director de rendimiento y responsable de todo lo que suceda en la pista.
Por su parte, el cargo de jefe de equipo recaerá sobre Gil de Ferran, ex piloto brasileño que cuenta con experiencia como jefe de equipo y que precisamente estuvo junto al asturiano el año pasado en las 500 Millas de Indianápolis, donde firmó una buena actuación a pesar de su abandono, coronándose como mejor rookie en su edición de 2017.
Buscando mejorar resultados
Esta restruccturación interna responde a una necesidad de mejorar el rendimiento del MCL33, cuyos resultados no han sido los esperados ni por la escudería, lo que incluye a Fernando Alonso, ni por los seguidores del equipo inglés. Así lo ha manifestado Zak Brown en sus declaraciones tras la marcha de Boullier.
«Este es el principio de un programa comprensivo de cambios positivos en la organización. El equipo invertirá y se centrará en retener y atraer a los mejores talentos, de forma interna y externa, para devolver a McLaren Racing a la parte alta de la parrilla», comenta el directivo.
Asimismo, ha aprovechado para asumir errores y quitar responsabilidad al equipo humano: «El rendimiento del MCL33 en 2018 no ha sido el esperado por