Hace un par de meses os anunciábamos que Citroën estaba ultimando la adaptación del C4 Cactus europeo para Brasil. La necesidad del Grupo PSA, al que pertenece la firma del doble chevron, por incrementar su volumen de ventas en América Latina les ha llevado a lanzar en esta región del mundo este peculiar y simpático modelo. Sin embargo, y debido a los diferentes gustos estéticos, las diferencias entre el modelo fabricado en España y el que se ensamblará en Brasil son palpables.
Ya os contábamos que una de las grandes diferencias entre el C4 Cactus europeo y brasileño (y que no podemos entender que no se haya hecho aquí) es la inclusión de ventanillas traseras de apertura convencional. Junto a ella, además, hay unos nuevos ajustes para la suspensión, pues las carreteras de la región no cuentan con el mismo firme que las de Europa.renderAd(adPage,44162);
El cambio más importante entre un C4 Cactus y otro se sitúa en el diseño (y calidad aparente) de su salpicadero. De entrada, el modelo brasileño abandona el cuadro de instrumentos digital flotante para pasarse a otro igualmente digital, pero con capilla protectora y un atractivo y cantidad de información disponible mayor. El segundo elemento a destacar es el paso de la pantalla central táctil del sistema de infoentretenimiento a una posición más baja, pues se sitúa entre los aireadores del climatizador y los mandos del Grip Control y de arranque.
Otros elementos que también sufren variaciones interesantes son los paneles de las puertas, pues integran un diseño y material más vistoso y de calidad. Las salidas de aire, de diseño simétrico, ofrecen cuatro toberas (2 a 2), no como el C4 Cactus europeo, que sólo ofrece al copiloto una de mayor tamaño. Por último, el volante también ha sido objeto de revisión, pues incorpora un diseño más deportivo, con