¿Hasta que punto la velocidad se relaciona con las muertes en carretera? Ambos términos han ido de la mano por tradición en varios estudios de seguridad vial, siendo el último el elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Bajo el nombre de ‘Velocidad y riesgo de accidente’, el estudio analiza los resultados de fallecidos en accidentes de tráfico en base a las políticas de reducción de velocidad o control de la misma en varios países.
Tras comparar los diferentes casos, la conclusión del análisis es clara: a menor velocidad, menor riesgo de fallecimiento en las vías de mayor vulnerabilidad. Es por ello que el estudio concluye en reducir la velocidad tanto en vías urbanas como en carreteras convencionales, dejando de lado las autopistas y autovías.
Enmarcado en el Foro Internacional de Transportes (FIT), que depende de la OCDE y del que España es miembro junto a más de 50 países, el estudio arroja resultados interesantes entre la correlación entre velocidad y siniestralidad en este tipo de vías. En los últimos años, no son pocos los países que han optado por reducir los límites de velocidad. ¿Ha sido realmente efectiva la medida en lo que toca a la bajada de accidentes mortales?
Al analizar las cifras de países, como es el caso de Hungría, Francia, Suecia o Noruega, entre otros, la conclusión a la que ha llegado el estudio es que incrementar en un 1% la velocidad media, aumenta en un 3% la frecuencia de accidentes graves y en un 4% la frecuencia de siniestros mortales.
Pero, ¿estamos hablando de todo tipo de vía? No. La OCDE refleja en informe que la velocidad es esencialmente peligrosa en aquellas vías que, por su tipología o actores que las frecuentan, están más expuestas a accidentes con fallecidos.
Velocidad: no es la