Cuando se habla del Skoda Spaceback es común escuchar: “ah, ese es el Fabia largo ¿no?”. Una confusión comprensible teniendo en cuenta que tanto el Spaceback como el Fabia Combi tienen unas medidas prácticamente idénticas y proporciones de familiar compacto. Sin embargo, aunque ambos parecen pelearse por el mismo hueco dentro de la gama de Skoda, sus orígenes son diametralmente opuestos. El Spaceback es una versión recortada del Skoda Rapid, mientras que el Combi es la versión alargada del Fabia.
Dejando de lado las decisiones internas que llevaron a la marca a hacer esto, en realidad ambos vehículos tienen una serie de diferencias significativas que pueden hacer que nos acabemos decantando por uno o por otro. En esta prueba del Skoda Spaceback quedan patentes los pros y contras de este coche, cuando se compara con el competidor que tiene en su propia casa y también los que tiene fuera de ella.renderAd(adPage,44162);
Sobrio y funcional, pero con detalles originales
El Skoda Spaceback fue actualizado el año pasado para adquirir el aspecto que ves en las fotos. Su parachoques delantero tiene unas formas sencillas y lisas, sobre el que van colocados unos faros de formas prácticamente rectangulares que recuerdan a los del Karoq y la parrilla con los extremos superiores en forma de pico. Unos detalles que lo diferencian visualmente del nuevo Skoda Combi que también hemos tenido la ocasión de probar.
Pero en donde más se diferencia este coche del Fabia, y de cualquier otro modelo de Skoda, es en la trasera. Sus diseñadores se han permitido la licencia de extender el cristal trasero hasta el borde que tiene sobre de la matrícula para darle un aspecto más original y moderno. Además, gracias a que toda la superficie acristalada alrededor de la ventana es de color color negro, le da un toque bicolor a la