Fernando Alonso ya ha anunciado que al final de la presente temporada dejará la Fórmula 1 en busca de nuevos retos. Lo que el piloto español aún no ha desvelado es cuáles serán esos nuevos proyectos en los que centrará a partir del año que viene todos sus esfuerzos. Ya sabemos que seguirá en el WEC junto a Toyota en la segunda mitad de la Supertemporada que está disputando pero, ¿qué más?
Lo más lógico sería que cruzase el charco para disputar, por lo menos, las 500 Millas de Indianápolis donde debutó en 2017 convirtiéndose en el mejor rookie de la edición. Lo que no sabemos es si el aún piloto de McLaren se atreverá con la temporada entera de la Indycar o viajará solo a la legendaria prueba y a alguna otra de entrenamiento antes.
Antes de tomar una decisión, Fernando Alonso ha vuelto a subirse a un Indycar. Lo ha hecho junto al equipo Andretti Autosport, con quienes corrió la Indy500, para medirse esta vez, en un circuito rutero -los circuitos normales a los que estamos acostumbrados en Europa, no un óvalo-.
Un test decisivo
A pesar de que Alonso ya sabe lo que es conducir un Indycar, aún no se había subido a los coches con el nuevo pack aerodinámico que la categoría ha estrenado esta temporada. El circuito Barber Motorsport, en Alabama, ha sido el lugar elegido por el equipo Andretti para hacer este test a puerta cerrada donde el asturiano se ha puesto a manos del Dallara DW12 con motor Honda del que fuese campeón de la Indycar Ryan Hunter-Reay.
� I guess you’ve heard what we‘ve been up to today… enjoyed hanging out with an old friend. Hope you had some fun, @alo_oficial! pic.twitter.com/HBJnxfQsZC— Andretti Autosport (@FollowAndretti) 5 de septiembre de 2018
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