El Gran Premio de México nos prometía emociones fuertes después de que las sospechas de una gran degradación de los neumáticos Pirelli se confirmaran gracias en gran parte a las bajas temperaturas que vivíamos en el Autódromo Hermanos Rodríguez. Prácticamente una carrera calcada a la que vivimos el año pasado, en la que a pesar de que a los Mercedes les tocó sufrir nada pudo evitar que Lewis Hamilton terminara cantando el alirón a pesar de quedarse fuera del podio y la gran actuación de la Scuderia Ferrari.
Daniel Ricciardo lucía sonrisa ayer después de la clasificación, sin embargo, el australiano decía prácticamente adiós a cualquier opción de conseguir una nueva victoria esta temporada después de una mala salida en la que Lewis Hamilton se colaba entre los dos Red Bull. Por detrás Sebastian Vettel pasaba también al ataque, aunque en esta ocasión con una estrategia mucho menos agresiva que en las dos últimas carreras.
Por detrás, Esteban Ocon tenía un toque con uno de los Alfa Romeo Sauber que terminaría con parte del alerón delantero del Force India saliendo despedido hacia el McLaren de Fernando Alonso. El asturiano no podía hacer nada por evitar estas piezas que entraban en el radiador del MCL33, lo que le llevaría al abandono temprano en la quinta vuelta. El francés entraba a boxes para cambiar el alerón junto a Brendon Hartley, mientras que el asturiano volvía a tomar el camino de la retirada después de que en Austin fuera el toque con Lance Stroll lo que le dejaba fuera en la primera vuelta.
Se esperaba mucha degradación, sin embargo, el comportamiento de los neumáticos con apenas 34 grados en pista iba a ser crítico y llevaba a que la mayor parte de los pilotos que se encontraban peleando por el triunfo tuviera que hacer una parada