Toyota ha sido una de las marcas que en España, más allá de las manifestaciones emitidas por asociaciones que agrupan a fabricantes de coches, se ha opuesto a las intenciones del Gobierno, de prohibir la venta del motor de combustión interna en 2040, y su circulación en 2050, con un comunicado. Un hecho que no deberíamos pasar por alto. Toyota ha sido el fabricante que más ha apostado por el coche híbrido en los últimos años, una tecnología que, a priori, se antoja como ecológica. Toyota – y su filial de lujo Lexus – han vendido más de 200.000 híbridos en España desde el año 2000. De ahí que sea, necesariamente, la protagonista de este artículo. Pese a todo, y a algunas de las opiniones que se lean estos días, los híbridos no están muertos y siguen siendo una gran alternativa al diésel. Y cuando hablamos de híbridos, al menos en este artículo, nos referimos a los no enchufables.
Los coches híbridos y la nueva Ley que pone fecha al fin del motor de combustión
Como el resto de fabricantes, Toyota España considera que “los plazos establecidos por el Gobierno (…) requerirían unos cambios estructurales difícilmente viables a nivel industrial y social”. Pero imaginemos que esos plazos se cumplen. El primer escollo que encontraría Toyota, y otras marcas que también comercializan híbridos, es que este tipo de coches quedaría fuera de las subvenciones que el Gobierno ofrezca a la compra de coches nuevos en los próximos años. Se plantea que, incluso, los híbridos enchufables, capaces de circular por decenas de kilómetros sin consumir combustible, también quedarían fuera de las ayudas, que se limitarían a eléctricos, ya sean de baterías, los más comunes, o de hidrógeno, de momento una rareza en nuestro país.
Ciertamente, los fabricantes de coches híbridos como Toyota pueden encontrar un