No hay futuro, no lo hay. El diésel será el primero, pero la gasolina le seguirá como león desterrado con la llegada de un nuevo macho más fuerte y joven. La electricidad, las fuentes de alimentación alternativas son el futuro, lo son por necesidad, lo son por responsabilidad. Pero no nos juzguéis porque sigamos disfrutando del despertar de un motor V8, del rugido de ese león al que amas y temes a la misma vez. Puede matarte, puede hacerlo, pero estar cerca de él será una experiencia difícil de olvidar. Ponemos a prueba el Mercedes CLS 63 AMG 4Matic Coupé, unidad que nos cede Mercedes Automoción del Oeste, concesionario oficial en Extremadura.
Hay días que es mejor no levantarse, pero hay otros que le suplicas al sol que aparezca. Este era uno de ellos, y es que a poco de salir el señor Lorenzo me esperaba uno de esos coches que pueden convertir tus piernas en gelatina, que pueden conseguir que tiembles como un niño que mira la aguja de una vacuna. El poder es tal que antes de encontrarme con él ya sentía escalofríos, y es que hay palabras que explotan en nuestros oídos y nos ponen a temblar. Para algunos es la palabra Hacienda, para otros gimnasio y para nosotros son M, RS, GTI o AMG. renderAd(adPage,44162);
Palabras mayores
Si seguimos hablando de palabras puedo decirte que, lo que tenía delante de mí, eran palabras mayores. El día no acompañaba, las nubes hacían de cortinas cerrando el cielo y dejando en el ambiente un tono grisáceo, muy parecido al que daba color a los músculos del Mercedes CLS 63 AMG 4Matic que tenía justo delante de mis ojos. Si estás conectado al mundo del motor sabrás que no podía ser la última generación que acaba de iniciar su vida comercial, la C257, sino