Con motivo de la celebración del Goodwood Festival of Speed pudimos ver por primera vez al Brabham BT62 rodando y así poder escucharle, pero su bramido apenas dejó intuir la realidad de la capacidad para lanzar exabruptos por su escape.
El bramido del Brabham BT62 es, sin duda alguna, lo más descomunal que te puedes llevar a las orejas. Mientras la gran mayoría de las empresas se afanan por cumplir con las normativas perdiendo por el camino melodías como las de las Black Series de Mercedes-AMG, otros pequeños fabricantes nos dan alegrías tan incomparables como la que os traemos a continuación: Un BT62 rodando a fuego en Adelaide.
Una melodía infernal de un V8 de 5.4 litros atmosférico
Brabham Automotive floreció en primavera y entre sus pétalos nos encontramos al Brabham BT62. Su primera creación desde 1992 no ha defraudado y se trata de un coche que aunque parezca preprarado para recibir una matrícula, la realidad es que sólo está diseñado para rodar en circuitos cerrados.
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Su carrocería de fibra de carbono cuenta con un diseño radical, incluyendo una agresiva configuración aerodinámica especialmente en la zaga, pero lo mejor está en su interior. Un motor de ocho cilindros en uve de 5.4 litros y aspiración natural escupe 710 CV de potencia para 972 kg de peso para una relación peso/potencia de 1.36 kg/CV. Pero lo mejor de todo es