Junto con el diésel, el del fin del automóvil con motor de combustión interna ha sido uno de los temas más comentados en la recta final de este año. Más allá de los pronunciamientos en contra del diésel, la amenaza de restricciones e impuestos, en España ha comenzado a hablarse del día en que se dejarán de vender coches con motor diésel y gasolina, e incluso del día en que se prohiban estas tecnologías para que el parque automovilístico se reconvierta, por completo, al coche eléctrico, ya sea de baterías, o de pila de combustible. ¿Qué ha significado este toque de atención para el sector? ¿Y para los compradores?
El fin del automóvil con motor de combustión interna, del diésel y la gasolina
Recapitulando lo sucedido, recordemos que en noviembre trascendía un borrador de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética que estaba redactando el Gobierno y que aún no ha sido aprobada. Y que en ese borrador figurarían dos fechas clave.
En 2040 se prohibiría la venta de coches con motor de combustión interna, ya fuera diésel, gasolina, gas, o híbrido. En 2050 se prohibiría, incluso, su circulación.
El Gobierno español propuso incluir en una ley la prohibición de la venta de los coches con motor de combustión interna en 2040, y su circulación en 2050
El sector alertó de un efecto que no ha de menospreciarse. La noticia se unía a otras muchas que han sumido al comprador en la incertidumbre. A pesar de que hablamos de plazos muy holgados, los compradores temen equivocarse en la decisión de compra de coche nuevo, en una de las inversiones más importantes que han de asumir muchas familias, y que la tecnología escogida se prohiba, sufra restricciones que impidan su utilización, o se devalúe – más de lo que ya se devalúa un automóvil al