Tras el breve aperitivo que supuso la jornada de ayer, la segunda etapa estaba dispuesta a no hacer prisioneros con sus 343 kilómetros cronometrados en los que además eran los coches los que tenían que salir primero a las dunas que unían en el recorrido las localidades de Pisco y San Juan de Marcona. Con Nasser Al-Attiyah y Mathieu Baumel llevando el peso de la carrera, eran los pilotos más retrasados en el orden de salida los que han aprovechado la labor de navegación de la experimentada pareja.
No era de extrañar que Carlos Sainz diera desde muy pronto caza al qatarí, recortándole poco a poco terreno y sacando ventaja de los tres minutos de intervalo con los que han tomado la salida. Tras un primer paso por el WP1 (situado en el kilómetro 50 de la especial cronometrada) en el que el madrileño, copilotado por Lucas Cruz, conseguía recortar más de un minuto a Al-Attiyah, los tiempos del del MINI han caído repentinamente, dejando entrever lo que podía haber sido un pequeño problema en forma de pinchazo.
A partir de ese punto, la pareja ganadora del Dakar 2018 ha comenzado la remontada, llegando a la meta justo tras el vencedor de la primera etapa, el cual cedía 2 minutos y 57 segundos respecto a Sainz, pero que tenía asumido que iba a perder mucho más respecto al resto de pilotos. Así ha sido y en una etapa que no se ha cobrado demasiadas victimas entre los de cabeza, los que ayer clasificaron en las últimas posiciones del Top 10 o nombres como Sébastien Loeb y Nani Roma han brillado por encima del resto.
Por detrás la batalla estaba a la altura. Sébastien Loeb se situaría muy pronto en cabeza, aprovechándose de que el primero en perder una considerable brecha de tiempo era