La versión familiar del Renault Talisman es un modelo muy recomendable por habitabilidad, dinamismo, equipamiento y diseño. Respecto a la berlina, la variante Sport Tourer es más recomendable por las cualidades prácticas y la capacidad que ofrece su maletero. Nosotros nos pusimos al volante de la nueva versión diésel de 120 CV, que ofrece un balance más que correcto entre consumos y prestaciones.
El Renault Talisman Sport Tourer presenta unas dimensiones similares a las de la berlina: 4,86 m de largo (+1 cm), 1,87 m de ancho y una altura de 1,46 m. La gran distancia entre ejes, de 2,81 metros, libera mucho espacio para los ocupantes y su equipaje. El ancho de vías de 1,61 m le otorga un aspecto muy deportivo.
Su carrocería ofrece la posibilidad de elegir entre diez colores, dos de ellos nuevos: el Marrón Visón y el Rojo Carmín. Todas las pinturas se benefician de un barniz de alta durabilidad que ofrece un grado de resistencia y de brillo superior. Hay cinco tipos de llantas disponibles, con variantes de color y de acabado.
Mucho diseño en su interior
Su habitáculo también cambia de manera radical, compartiendo cierto estilo con el del Renault Espace (la consola central es muy similar y comparte varios componentes). Si hablamos de su habitabilidad interior, hay que apuntar que, la distancia con respecto al techo, es de 902 mm en la parte delantera y 886 mm en la trasera (30 mm más con respecto a la berlina). Asimismo, el espacio para las rodillas en la parte trasera, que alcanza 262 mm, es uno de los más generosos de la categoría. La ganancia en tamaño se nota respecto a su predecesor, no obstante, la posición al volante nos ha parecido mejorable. Hemos echado en falta unos asientos algo más ergonómicos (sobre todo en banqueta) y unas plazas