Tres Bugatti escondidos durante décadas en un granero olvidado y custodiados por cientos de sacos de arena que llevaban haciendo de barricada medio siglo. Así empieza el tipo de historia de hallazgos que nos encanta descubrir, esta vez desde Bélgica.
Un escultor llamado August Thomassen adquirió a finales de la década de los 50 un Bugatti Type 49 Berline de 1932, un Type 57 Cabriolet de 1937 y un Type 40 de 1929, esperando poder restaurarlos y disfrutarlos. Pero fue imposible, y ahora se subastan por más de un millón de euros.
Una subasta millonaria
El escultor belga compró los tres vehículos a finales de la década de 1950 y principios de la década de 1960, cuando prácticamente no tenían ningún valor. Thomassen era un gran fanático del diseño y la ingeniería de Bugatti, según relata su hija al periódico De Telegraaf.
Los vehículos, un Type 49 Berline y un Type 57 Cabriolet, ambos con carrocería personalizada, se mantuvieron y utilizaron como vehículos diarios durante muchos años, mientras que también hay un Type 40 de 1929, para el cual Thomassen iba a crear su propia carrocería. Sin embargo, un accidente impidió que terminara el proyecto y se quedó en la estructura de madera.
El amor de Thomassen por la marca quedó inmortalizado cuando esculpió el busto de Ettore Bugatti que actualmente se exhibe en el Museo Nacional del Automóvil en Francia.
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