La guerra entre los diferentes fabricantes de coches por tener el modelo más novedoso y avanzado en cada segmento es cruel. Uno lanza un modelo, y al día siguiente su competidor más directo presenta su propuesta dejando al rival fuera de juego. Eso ha ocurrido con el nuevo BMW X5, que llega para convertirse por méritos propios en el nuevo referente entre los SUV grandes y lujosos. ¿Por qué? Por todo esto que te contamos a continuación.
De algo tiene que valer eso de que “la experiencia es un grado”. BMW fue pionera en esto de los grandes SUV de carácter deportivo cuando lanzó al mercado hace 19 años el primer BMW X5, un tipo de coche muy novedoso y poco comprensible en su época.
Desde entonces, BMW ha puesto a la venta cuatro generaciones del BMW X5, de las que se han vendido más de 2,2 millones de unidades en todo el mundo y lo que es más importante, ha sido el embrión de una familia, la de los SUV X, que ya supone un 25% de las ventas de BMW en todo el mundo. Sí, el X5 no parecía tener mucho sentido hace 20 años, pero esas cifras confirman que su desarrollo fue un acierto.
Todavía recuerdo cuánto corría y consumía el BMW X5 4.6is de primera generación cuando lo probé, una bestia de más de dos toneladas de peso que bajo el capó delantero escondía un motor V8 de 4.6 litros capaz de entregar 347 CV y beber más de 20 l/100 km de media si le apretabas.