Como si de la carrera espacial se tratara, seguimos viendo esa especie de competición entre Estados Unidos y Rusia por ver quién avanza más en la tecnología autónoma. Con una diferencia: la tierra de Putin -y eso que presenta muchos más retos- ha pasado más desapercibida en esta esfera que Norteamérica, donde General Motors ya ha pedido permiso para fabricar coches sin volante.
Yandex, el Google ruso que tiene desde agosto de 2018 un servicio de taxi autónomo en su país, puso a rodar en el reciente CES de Las Vegas un Toyota Prius convencional que compraron en un concesionario local. Lo adaptaron, y en unas semanas conducía solo por la caótica ciudad del juego.
El reto de adaptar los algoritmos a las señales de cada país
Después de pasar un par de años probando su sistema de conducción autónoma en Moscú y en otras partes de Rusia, Yandex se atrevió con la caótica ciudad de Las Vegas, y según los medios que pudieron experimentar el viaje sin conductor, fue más que bien.
El equipo de ingenieros de la compañía rusa tardó cinco semanas en adaptar, con tres sensores Lidar de Velodyne, cinco cámaras, ocho radares y el hardware necesario, un Prius comprado en un concesionario local para que pudiera conducir de forma autónoma.
Luego, utilizaron las tecnologías de mapeo de Yandex para construir un mapa HD personalizado del vecindario que rodea el hotel de Las Vegas donde se iba a poner a prueba el coche, equipado con dos iPad Pro, uno en el tablero de instrumentos y otro en el asiento trasero.
Estas dos pantallas ilustran las predicciones del coche, mientras que el ordenador de abordo traduce la