Si hacemos un poco de memoria, Smart llegó a nuestras vidas en el año 1998 del pasado siglo. Sin embargo, el proyecto para su fundación arrancó cuatro años antes, en 1994. El caso, es que desde que Daimler AG se hiciera cargo de la marca, las cuentas de ésta nunca han sido muy boyantes. De hecho, el mejor ejemplo lo tuvimos en la primera generación del ForFour, que compartió desarrollo con el malogrado Mitsubishi Colt.
El caso, es que parecía que con la asociación con la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi las cosas serían diferentes, pero no. El desarrollo conjunto de los Twingo y ForTwo – ForFour no ha sido todo lo exitosa que Renault y Smart esperaban. La culpa la han tenido los SUV´s, pues el mercado demanda este producto más que otro. Además, han llegando a nichos de mercado como el B, poniendo en serio riesgo las ventas de los ForTwo y ForFour.
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Smart, sin un SUV, está fuera de las tendencias del mercado
Con todo, la situación financiera de Smart es cuanto menos complicada. En los últimos ejercicios, ha estado perdiendo una media de 600 millones de dólares al año. Con este panorama, no es extraño que su matriz esté pensando qué hacer con su marca utilitaria. Según el medio alemán Handelsblatt, el nuevo CEO de Daimler AG, Ola Kallenius, podría tener poca paciencia con Smart. Dicho de otra forma, que podría cerrarla sin contemplaciones en el plazo de uno a cinco años.
El último paso que han dado en el consorcio alemán es convertir a Smart en un fabricante de vehículos eléctricos. Este camino, que a priori parece el adecuado, se torna cuesta arriba, pues las ventas de ambos modelos dependerán de cada mercado. Por tanto, habrá países en los que los Smart EV serán competitivos y otros no, pues la infraestructura para