Es posible que no hayas oído hablar de la válvula EGR hasta que tu coche diésel ha empezado a tironear o emitir más humo negro de la cuenta. Lo cierto es que estas válvulas de recirculación de gases llevan existiendo décadas en el mundo del automóvil, y son parte esencial de sus sistemas anticontaminación, especialmente si estamos hablando de un coche con mecánica diésel. En este artículo te vamos a enseñar a detectar los síntomas de que tu válvula EGR está averiada u obstruida. Con suerte podrás detectarlo a tiempo, evitando averías de mayor consideración en tu coche, así como problemas por humos en la ITV.
¿Qué es la válvula EGR? ¿Cuál es su cometido?
La EGR (exhaust gas recirculation) es la válvula de recirculación de gases de escape. Su función es volver a introducir en la admisión del coche una parte de los gases de escape. Aunque es anti intuitivo, lo que esto consigue es reducir la temperatura de los gases de escape, y por tanto la emisión de óxidos de nitrógeno – uno de los contaminantes más dañinos emitidos por los motores de combustión interna. La EGR está controlada electrónicamente en los coches más modernos. En coches más entrados en años está actuada mediante una línea de vacío. No obstante, su funcionamiento sigue el mismo principio en ambos casos.
La EGR es un sistema sucio per se, y con el tiempo, la acumulación de carbonilla y restos de la combustión es prácticamente inevitable.
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