Todo el mundo dice que la electrificación total de los vehículos es el futuro de la movilidad, pero tampoco deberíamos descartar que haya varias alternativas y no una sola, como parece que las autoridades y distintas competencias nos quieren vender. Por el momento estamos en una época de transición, y prueba de ello es que las compañías automovilísticas ofrecen muchas opciones en la forma de “alimentar” a sus vehículos.
Mercedes-Benz tiene una amplia gama de alternativas, contando con coches de gasolina, diésel, a gas, híbridos suaves a 48 voltios, eléctricos (acaban de presentar el EQC), híbridos enchufables de gasolina y también PHEV diésel. Sí, como lo leéis, coches híbridos enchufables diésel. Precisamente esta última solución es la que hemos probado en una toma de contacto, el Mercedes-Benz Clase E 300 de, un híbrido diésel de 306 CV y 700 Nm con etiquete “Cero Emisiones”.
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El objetivo de Mercedes en Europa es que en el año 2025 el 40 % de sus ventas sean de vehículos híbridos enchufables y eléctricos.
A nivel estético, las diferencias de este Mercedes E 300 de con cualquier otro Clase E son mínimas, por lo que no entraremos a fondo en este apartado. Varía principalmente en que este híbrido lleva las inscripciones EQ Power que representa a los híbridos enchufables de la marca, y también en el punto de carga, que se ubica en la parte trasera derecha. También hay algunos cambios sutiles para mejorar la aerodinámica.
Las claves del Mercedes-Benz E 300 de
Tomando la base del Clase E normal, el E 300 de combina un motor diésel de 2 litros y cuatro cilindros con un propulsor eléctrico. El motor tradicional de gasoil es un cuatro cilindros de 1.950 cc que desarrolla una potencia máxima de 194 CV, así como un par motor de 400 Nm. Por su parte, el