La situación por la que está atravesando Ford Motor Company en Europa es muy complicada. A una caída generalizada de ventas, se suma una capacidad productiva infrautilizada y unos costes productivos que año tras año se han incrementado. Todo ello, ha provocado importantes desajustes en sus balances económicos, haciendo que pierdan dinero a espuertas. Por tanto, se han puesto manos a la obra para atajar la sangría.
Un nuevo plan industrial es la solución para acabar con todos sus problemas. Este documento se estructura en torno a tres pilares básicos: rentabilidad, eficiencia y nuevos modelos. Para ello, dividirán su negocio en tres grupos: vehículos comerciales, vehículos para pasajeros y vehículos importados. Este cambio, traerá consecuencias importantes, como la desaparición de modelos, la electrificación y la pérdida de puestos de trabajo.
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Ford busca mejorar su eficiencia y rentabilidad en Europa
Empezando por la desaparición de modelos, Ford quiere retirar los que menos ventas logran. A día de hoy, son los C-Max, Grand C-Max, Ka+ y Mondeo. Aún así, el presidente de Ford Europa, Stuart Rowley, declaró que estos aún forman parte de su portfolio, por lo que cuentan con ellos. Sin embargo, la llegada de nuevos productos, provocarán su relevo. Entre ellos están los Kuga, Puma y Explorer Plug-In que llegarán a principios de 2020.
Si echamos un ojo al time table de productos, habrá tres novedades inéditas de aquí a cinco años. Estos modelos, de los que aún desconocemos su posicionamiento, contarán con versiones electrificadas. Los dos primeros forman parte de la rama de vehículos de pasajeros y el tercero, pertenece a los vehículos importados. Éste último, es una versión a “pilas” del Mustang. Con todo, Ford quiere una familia de vehículos eléctricos ensamblados en Europa.
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Según Rowley,
“Nuestro futuro está arraigado