Los radares de tramo de la DGT se han convertido en un instrumento efectivo para reducir los excesos de velocidad en tramos concretos en los que, según la propia Dirección General de Tráfico, la velocidad representa un especial riesgo. De ahí que muchos de estos tramos estén presentes, además de en autovías y autopistas, en carreteras convencionales. Este año la DGT estrena 15 nuevos radares de tramo, que se suman a los ya existentes. De manera que los radares de tramo, además de los fijos, los camuflados, y los que equipa el helicóptero Pegasus, son una herramienta más para perseguir los excesos de velocidad que el conductor debería conocer. Ahora bien, veamos qué son los radares de tramo, cómo funcionan, y dónde están.
¿Qué son los radares de tramo de la DGT?
Como os decíamos, el radar de tramo es un tipo de dispositivo de reconocimiento de imágenes con un funcionamiento similar a los radares fijos que ya conocemos, que se sitúa siempre en localizaciones concretas y fijas y, por lo tanto, siempre está avisado con la correspondiente señalización en la carretera, y está presente en los listados de radares de la DGT.
La principal diferencia con un radar fijo, que toma la velocidad instantánea de los coches que pasan por el punto en que está instalado, es que realiza dos mediciones y calcula una velocidad media, la velocidad media a la que hemos recorrido un tramo determinado.
En vez de tomar la velocidad instantánea, como un radar fijo, los radares de tramo realizan dos mediciones del instante concreto en que el coche pasó por el inicio y el final del tramo y calculan la velocidad media, con el tiempo en que recorrió el tramo
¿Cómo funcionan los radares de tramo?
Un radar de tramo se basa por lo tanto en la combinación de dos sistemas